martes, 17 de noviembre de 2009

Necio como Dios.


Quiero escribirte en toda la piel. Quiero que sea tu amor y mi amor. Un amor indiscutible, como lo largo de tu espalda. Necio como Dios. Un amor que no tenga espera de semanas. Un amor que combine con tus ojos, con este Paris.

Desde que tengo twitter. Desde la comida marroquí no he parado de querer un amor indiscutible, como lo largo de tu espalda. Yo mañana no puedo porque tengo boletos para el partido que ya viene perdiendo Irlanda.

Estoy hecho un mar de cursilerías. Quiero un amor tuyo y mío. Necio como Dios. Indiscutible, como lo largo de tu espalda. Quiero escribir todo esto en lo largo de tu espalda.

Hoy estuve mas de seis horas con la pecosa. No sirvió de nada.
Las manos me huelen a cebolla y mariscos, porque le ayude hacer la cena a Santiago. Tacos de camarón. Unas verduras con nombre de película de Disney donde todos son ratas.

Hoy soy una quinceañera malvestida. Hasta le escribí a mi papá!
Tanto que estoy seguro que preguntas Por qué? Por qué? Por qué?
No es necedad, aquí el necio es Dios.
Ni seis veces no, que son las veces a las que yo entiendo, Tú dime cuantas llevamos?

Extraño tus ojos, aunque con ellos me levanto. Con ellos. Con mi mano en lo largo de tu espalda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hasta donde deja de ser perseverancia y termina siendo necedad??...

A mi me pasa siempre que justo cuando estoy a punto de tirar la toalla pienso "y que tal que ahora si?? y si solo tengo que intentarlo una vez mas??" ESO es necedad, aunque a mi me gusta mas pensar que la esperanza es lo ultimo que muere... hasta que llega algo - o alguien - que nos cambia de camino...

besos de los izquierdos...

Anónimo dijo...

enamorado?

Anónimo dijo...

Yo te quiero decir, que en tus versos noto la profundidad de tu ser, tus enormes ganas de vivir y tu continua espera de recibir eso que nisiquiera tu sabes que es y que tanto anhelas.

Eres profundo, me gusta saber esto de ti.