lunes, 30 de noviembre de 2009

A ti en ti.


Tengo que encontrarte, a ti en ti. No en mis dedos que es nuestro contacto. Ni en el sonido de tu risa que mide el tiempo. Como lo mide el viento. Como lo miden las hojas de todos los colores. Tengo que encontrarte de cerca, para que no se me caiga el corazón y mis tentaciones sean tus sueños de noche. Tengo que calentar mi esperanza para encontrarte. A ti en ti. No en un vaso de agua que me tomo sin sed. Ni en los baños de tina, que son tan tuyos. Tengo que encontrarte. A ti en ti.

Espero encontrarte. Como espero las siete de la tarde, que es cuando con ventanas abiertas se cambia la vecina.
A ti en ti.
No el cuerpo de una extraña. A ti, en tu Cuerpo. Con tu Cuerpo. Para tu Cuerpo. Aunque se vuelva un exceso de tu piel, y me vuelva tu piel.

Espero encontrarte. A ti en ti, juntos en la cama. En el día. Juntos para ver a la vecina. Para compartir el mundo y todo lo que con el se va cayendo. Como las hojas de todos los colores.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Dos que se buscan.


Puede pasar que a estas alturas seamos tan extraños como dos que se enamoran en la calle.
Dos que suponen sus besos, que suponen su aliento.
Dos que inventan donde y como tocarse. Dos que se buscan en la oscuridad de lo diario.
Dos que se olvidan cuando la banqueta los rebasa.
Dos que se olvidan cuando dan vuelta dos cuadras antes para el otro lado.
Puede pasar que yo a estas alturas te quiera con todas mis fuerzas. como te quise desde el principio cuando te vi bajar la escalera.

Puede pasar que la vida o el mundo de lejos te vean feo pero es solo una mirada flaca del tiempo.
Puede pasar que sepas donde poner mis manos en lo largo de tu espalda.
Que tus besos sean vales de amor irreverente.

Puede pasar que brinques de un ojo a otro.
Que yo te espere para siempre. Al fin que en Francia eso no es mucho tiempo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Tercer día


Mis ojeras combinan con el color de la luz apagada. Llegaron un mes tarde para halloween. Mi disfraz de zombie no encaja con los renos ni los santo clauses de los aparadores. En el Starbucks dan por hecho que cualquier cosa que pida va sin cafeína. No me ofrecen los bastones de menta que son rojos con blanco.
Podría pasar por un fan de twilight. Podría pasar por cualquier extra de twilight. Ayer tres señoras que paseaban un trapeador con patas de perro, mejor, se cambiaron de banqueta.

En la casa volteo y volteo a la ventana para ver en que minuto te apareces. Después de los malos tratos de las señoras, siguen las alucinaciones. Me muero de miedo. No tanto de sueño. Debe de a ver un punto donde se me apague sin mas, ni mas, la tele. Ya cabecee dos veces. Empiezo a soñar horrible. Prefiero ir a lavarme la cara.

Me muero de miedo que te aparezcas. Ya se. Ya se. Yo empecé por estar invitándote al Pub de saint Germain, es el único lugar abierto a las cuatro de la mañana. Tengo que advertirte que ahí no hay helado de vainilla con almendras. Que el ben and jerrys de enfrente lo abren hasta que se hace de día. Mientras puedes echarte unos vodkas. Ahí vemos que va pasando, pero no se vale malacopear, ni decir frases como me lavo las manos.

Uta! De verdad Aeroméxico es puntual! Ó ya valí madres.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Soy una difícil compañia.


Después de una semana de mi, conmigo, me di cuenta de algo. Soy una difícil compañía. Soy una persona mañanera. Que el kit kat me gusta porque sabe idéntico en cualquier parte del mundo. Que la leche rica en Francia es la de tapa roja. Que no hay que ver como "peanuts" las advertencias de la mesera de que las jarras del Frog son grandes. Son enormes. Que extraño las zucaritas mas que los tacos de carnitas.
Que a veces soy insoportable. Normalmente soy insoportable.
Que contesto de muy mal modo, este o no, mi abuela. Que no se por donde empezar a volver hacer algo.
Que el Louvre tiene un muy buen antro. Que el jamón serrano bueno, no es ni el caro, ni el barato. Que llevar dos días sin dormir y sin fiesta. No ha de ser tan sano.
Que a las dos de la mañana tienes la ciudad para ti solo. Que la tumba de Napoleón es grande por todos sus logros. No se que tamañp me toca. No se si merezca una tumba.
Que la pecosa se cayo de un Scooter. Por eso tiene manchitas en las piernas. Que me río de mis chistes mas que cualquiera. Que me gusta París y esta borracho; aunque es mi lugar preferido cuando estoy contigo. Se me antoja un helado de vainilla y almendras cuando estoy contigo.

Que de verdad me importas. Que es sólo una pantalla que me valga la vida entera con todo los compromisos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Magia de adeveras



Para la próxima me traigo mis polvos de Juan Conquistador. El del amarre guajiro o ya de perdida el miel de amor. El de tripas del diablo. El de pájaro macua sin nido (NO SE CONFUNDA CON EL PÁJARO MACUA CON NIDO) y el de amarre haitiano no son tanto para viajes largos, ni parisinos. Esos son para la vida playera, porque el Sol es vital en el conjuro.

Aquí un poco de fundanga con raíz de mandrágora podrían ser necesarios para combatir el ojo de buey mezclado con pimienta de Kananga, que te echan los gitanos cuando no les da cambio. Ahora que si el problema no es gitano y es argelino se necesitan plumas de loro rojas amarradas a una vara de sal pa fuera diluida en agua florida Murray.

Eso es lo único que me falta. Volverme Hermelindo Lindo. Echarle la culpa a un chorro de polvos y maldiciones con nombre de juegos en Reino Aventura. Estoy mas confundido que nunca. No es por no haberme dado baños de agua bendita del Padre Chinchachoma. Ni nunca haberme untado el vinagre de las 33 esencias bailándole al hijo de la luna.

La solución no es que me soben con huevos de gallina negra, consagrada por Babaluate, que no vaya a ser la de malas lo pongo en mayúscula.

No creo en la magia, ni en la Santa Muerte, ni en las varas de ocote, en forma de cruz o estrella demoníaca.
El único hechizo que ha funcionado, fue cuando hace muchos años pusiste un grano de café verde en mi mano.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

No importa tanto lo que diga.



Hoy París puede esperar. Otra vez. Me gustaría decir que ando bajoneado porque se murio Kutler, o, porque no me acostumbro a que se haga de noche a las cinco. Pero sólo me gustaría, No importa tanto lo que diga.

Tu amor me entra facil.
Como los colores a los arboles
Sin anecdotas,
sin metodos recurrentes.

Tu amor es un valor establecido
viviendo a mi lado.
Tu amor es la muerte en bicicleta
se presiente como un temblor de tierra.

Tu amor:
sombra de recuerdos.

Consciente probablemente
perfecto, tu amor,
me entra facil
y a veces callado.

martes, 24 de noviembre de 2009

Le Passy


En el Café Passy es donde mas te pienso. Dije te pienso.
El mesero ya sabe. Un vaso enorme de cerveza con un nombre impronunciable. Acompañado de un bowl de palomitas milimétrico. Le ponen siete. El cachetes por Messenger me dice que tome vino. Que coma crepas. Que pida queso. Las chelas en vaso de licuado mañanero, la botanita y tú son un buen trío. Dije son un buen trío. Pero diga lo que diga, tampoco importa tanto.

Siempre me siento afuera. Ayer en una de las tantas veces que en las chelas te pienso. Dije en una de las tantas veces que en las chelas te pienso.
Una francesa mas flaca que Oliva, la novia de Popeye, en un español que no era fluido. Su español no era español. Me abordó para explicarme que no la dejaron entrar al antro por que el cadenero le tenia envidia étnica y se fue muerta de risa.
Mi vecino de mesa, que es idéntico a Simply Red, tiene un labrador negro que se llama Patuz. Huele a madres.

En el Café Passy es donde mas te pienso. La chela no es tan buena y para colmo te dan bien poquitas palomitas. Los perros huelen feo. Conoces a gente rarísima. Voy a cambiar de lugar preferido. Dije voy a cambiar de lugar preferido. Pero diga lo que diga, tampoco importa tanto.

El cachetes por Messenger insiste con mas consejos culinarios. Se ha de estar muriendo de hambre.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Las espantosas equis XoXo


Tus besos de lejos son los peores, los que marcas xx. Una equis mas los haría muchos mas cachondos. Encuerados. Tus besos soft porn hacen que se me quite el sueno. Cuál sueño? Me dormí toda la tarde. Voy a tener otra vez el horario de taxista novato.

No estoy nada de buenas. Hoy hay mas aire que en Pachuca, y lluvia moja pendejos.
En la calle la gente se sorprende porque se les vuelan, o se les doblan, o cómo se diga los paraguas.

Luego camino y me acuerdo de tus besos marcados xx. En la cabeza me suena la misma chicharra que cuando le salían al papá Jiménez en Chabelo.
Las mías no son en el canal dos. Las mías vienen el chat o en el inbox del facebook. Son como el cinema Golden Choice en sábado por la madrugada. Me pongo más de malas. Ya no quiero escribirte. Ni pensarte. Ya no quiero nada.

Pongo cara de enojado, forzando los labios para un lado. Sólo me fijo en como voy moviendo la boca. Choco con un señor chaparrito de gabardina azul, por tratar de esquivar un árbol.

Tus besos de lejos son los peores, porque ni son del red shoes diaries, son dos pinches letras. Ni siquiera me los has dado. No se si sean de piquito. De media banqueta.

Cuando llego al Tribeca, la pecosa me esta esperando, deshaciéndose de todo su cambio.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Como quieras quiero.


El mundo esta callado. Quiero mi mano en lo largo de tu espalda. La boca me sabe a banqueta. Quiero tus besos. El mundo esta callado. Yo apenas veo. Quiero el principio de tus besos. Me gustas tanto. Quiero tus manos. Dónde estas? Quiero todos, toditos, todititos tus besos. Trato de pensarte dos mil veces. Quiero la punta de tus besos. Paris is burning. Quiero tu boca con sus complementos. Por qué me gustas tanto? Quiero tu cuerpo. Tengo un hambre de perros. Quiero la parte extraña de tus ojos. Es la una 56. Quiero tus ojos completos. Tengo sed y sueño. Quiero que subas la mirada. El youtube no se carga. Quiero que te vistas de negro. No hay coca cola en el refrigerador. Quiero la noche de regreso. Busco mi sudadera. Como quieras quiero. Busco un norte. Quiero contigo. Tú dices y dices. Quiero tus palabras. Todas las letras de tu nombre. Quiero que digas, se hace de noche. I am too drunk to dance. Quiero unas croquetas del Covadonga. Tengo que pararme por agua. Quiero verte. Son las 2 treinta y tres, Quiero que nunca pasen nuestras seis veces. Quién sabe donde deje mi conciencia. Quiero olerte.
Ya no quiero escribirte. lo prometo.

sábado, 21 de noviembre de 2009

4.- Debería de comer algo.



El frío es el necesario para darte cuenta que va a oscurecer en menos de una hora. Los jardines de la Torre Eiffel, me sirven para hacer una lista de lo que debería o no debería. Estoy apunto de empezar, cuando pasan un chingo de chinos, con cámaras para retratarse muy bien formaditos en la Torre. Entonces para hacer una lista seria, me cambio de banca. Empiezo mi lista:
1.- No debería de pensar tanto en ti
2.- No debo tomar tanto vino tinto. Ni comer harinas después de las seis.
3.- Debería cortarme el pelo
4.- Debería de comer algo.

Todavía no pongo el cinco. Llegan dos, que están a punto de casarse, para hacerse una serie de fotos en los jardines y con el fondo, la torre. Él trae un traje blanco con chaleco. Una corbata roja. Ella un vestido con flequitos. Un peluche de un animal sintético, que no conozco. Me imagino que sienten la misma emoción que las quinceañeras que se toman mil fotos en el Ángel de la Independencia, el mero día de su fiesta.

Prefiero seguir mi paso, los caminos están llenos de hojas secas. Los pastos de en medio son verde high definition.

Mi español es bastante fluido, tanto que sirve para mandar decentemente a la chingada, a todos los que me ofrecen tejerme una pulserita o venderme un llaverito.

Paso por unas canchas de futbol. En un monumento hay tres morenos, en un mal chiste de manifestación.
Ok.
No tres pero si cinco, de la Republica Demócrata del Congo, haciendo un meeting por quién sabe que cosa.

Termino los jardines. Llego a un mercado de antiguedades, donde me encuentro todas la ideas del francés típico. Boinas, camisetas de rayitas, viejos con barba larga amarilla.

Venden libros de antiguos a un euro. Tasitas de porcelana con flores pintadas. Candelabros. Pinturas de Marilyn Monroe. En uno encuentras cascos de cosmonautas. Todos los puestos tienen carpas blancas. Hay luces navideñas que no tienen nada que hacer con las de la Alameda..Estoy pasando junto a un señor que trae zapato de charol bicolor. Traje de raya de gis ancha, moñito que le combina con el sombrero, cuando pasan un chingo de chinos. No los mismos. Otros, que desesperan con un buen de preguntas, a un vendedor de muebles náuticos.


De regreso, me encuentro en un aparador la moleskine verde. Va a ser tuya. De nadie mas. Mi siguiente movimiento es un puchero porque ya no cumplí mi lista que por culpa de unos novios, sólo llegó hasta cinco.
Te sigo y te sigo pensando. De la nada pero ahora en bicicleta, un chingo de chinos. No los mismos. Otros.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Gelatinas La abejita.


A mi me gusta comerme la gelatina de rompope, en el tupper con una cuchara grande. Si se puede de las grandes, grandes, las que se usan para menearle a la olla de la sopa. Grande para que agarre caldito. Se me antojo desde que se tapo el grifo. Desde la última vez que nos vimos, que no fue hace tanto. A lo mejor exagero.
Desde que dijiste que tu también tenias antojo. No gelatina de rompope, tu antojo es otro. De un café con chocolate blanco. De unos m&m's con cacahuate, de los que vende la maquina despachadora del metro. De unas palomitas con miguelitos, valentina o algo que pique rico.

A mi me gustas tú, y la gelatina de rompope en cuchara grande. Si se puede sin nuez. Sin canela.
Tengo que aprender a extrañar la rutina. te extraño a ti. Desde la mañana. Son varias horas de rutina. Extrañarte no expira.

Tú pero no tú. París pero no París. Ya si voy a jugar con las palabras, mi antojo no es de gelatina de rompope en cuchara grande; o en uno de esos papelitos como de cartón delgadito, con la que te la da elseñor gelatinero de la calle. Es un antojo de ti.
Hagamos de este antojo algo en común. Yo te enseño a comer gelatinas. No importa si es de piñón, de las de verdes, moradas o rojas con las pasas arriba.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Come on you Girl in green.



Tú me das vacaciones de ti, cuando yo ni recreo he pedido. No me gusta escribir de religión, deportes o política. Entonces resumo en tres líneas:

1.-A Irlanda le ganaron con una trampota, el Mundial de Sudáfrica tiene un equipo de hanbol clasificado.

2.- El Sindicato de Electricistas de Paris, da becas para poner exposiciones padrísimas. Mientras. El extinto, Luz y Fuerza del Centro, no se las daba ni a los marchistas. Ni a los huelguistas sindicalizados.

3.- En Santa Clotilde, reintente mis tratados de paz con Dios. Rompí el trato.
Yo no meto con ÉL. ÉL no se mete conmigo. Ahí ando metichando en tanta iglesia.

Después de desahogarme con mis tres nuevos pesares, regreso a que me das vacaciones de ti. Me aguanto como los machos!

Para qué ando diciendo que no hablo de religión, deportes o política?
Lo hice. Llevo todo el día cantando, Come on you boys in green. Al que se me cruza con la camiseta francesa le hago cara de indignado.

Para que digo qué como los machos? Ni soy tanto.

Para qué? Para qué me das vacaciones?

miércoles, 18 de noviembre de 2009

STARBUCKS MAÑANERO


Los cuadros de francés en los que no entiendo nada, siguen siendo los mismos. Aunque mi español es bastante fluido.
No hay parisino que después de un millón de muecas no me entienda. Tu no me entiendes, pero tu no eres francesa. Tampoco es que contigo hable uta, que bruto, que fluido!

Eso se arregla con una botella de oporto. Bueno, no se arregla, se me olvida un poco.
Bueno. Bueno, no se me olvida, lo disfruto.
OK.
Ni se me olvida. Ni lo disfruto. Ah! como me gusta el oporto.


En Internet, veo dibujitos de Kaliman con su amigo el morenito.
Mientras en un Starbucks, te busco entre todos los que pasan.
Se que no vas a llegar ahora, en este segundo.
OK.
No se si vas a llegar. Me gustaría.

En este Starbucks, que es como todos los del mundo, hay mesitas con tablero de ajedrez pintado. En las que nunca, nunca he visto peones parados.
La pared del fondo es color vino y las de lado mostaza.
OK.
Odio ponerle nombres elegantiosos a los colores, así como, mostaza, champaña o vino. Ni que trabajara en la comex.
Entonces. Como todos los del mundo. Con fondos rojos y laterales amarillos.

El chiste, es que en este Starbucks, todos hablan ingles.
Me cuesta mas trabajo concentrarme en un digilibro.
OK.
No se como se diga, cuando, lees un libro en la compu.

Estoy rayado. Entiendo lo que dicen todos!
Mis orejas están como en un festival de primavera con disfraces y triciclos.
Pasa un tipo enrome con rastas, igual de morenito, que el amigo de Kaliman.
En frente una guera, guera, de verdad guera. Se va quitando guantes, orejeras, bufandas , sudaderas. Ahora si, ya agarro el frío.

Las de a lado, que también traen un closet encima, hablan de ser fancy and polite mientras agarran a mordidas enormes, una rebanada del pastel navideño que aquí es de galleta oreo. No puedes serfancy and polite con esas masticadas chocolateras. Menos con los labios pintados de azul marino, que si no fuera por el brillito, yo apostaría la mano con la que escribo, que es hipotermia.

Es como todos los Starbucks. Ponen música de Putumayo. Ya se fue el morenito de rastas.
No se si vas a llegar. Me gustaría.

martes, 17 de noviembre de 2009

Necio como Dios.


Quiero escribirte en toda la piel. Quiero que sea tu amor y mi amor. Un amor indiscutible, como lo largo de tu espalda. Necio como Dios. Un amor que no tenga espera de semanas. Un amor que combine con tus ojos, con este Paris.

Desde que tengo twitter. Desde la comida marroquí no he parado de querer un amor indiscutible, como lo largo de tu espalda. Yo mañana no puedo porque tengo boletos para el partido que ya viene perdiendo Irlanda.

Estoy hecho un mar de cursilerías. Quiero un amor tuyo y mío. Necio como Dios. Indiscutible, como lo largo de tu espalda. Quiero escribir todo esto en lo largo de tu espalda.

Hoy estuve mas de seis horas con la pecosa. No sirvió de nada.
Las manos me huelen a cebolla y mariscos, porque le ayude hacer la cena a Santiago. Tacos de camarón. Unas verduras con nombre de película de Disney donde todos son ratas.

Hoy soy una quinceañera malvestida. Hasta le escribí a mi papá!
Tanto que estoy seguro que preguntas Por qué? Por qué? Por qué?
No es necedad, aquí el necio es Dios.
Ni seis veces no, que son las veces a las que yo entiendo, Tú dime cuantas llevamos?

Extraño tus ojos, aunque con ellos me levanto. Con ellos. Con mi mano en lo largo de tu espalda.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Carta.


Hoy París puede esperar. Las 2332 visitas están pausadas.

La mano me pesa nada mas de pensarte. De no ser lo que has querido. Ya no son los puentes, ni los chicles Bubli Bubli, ni los hip hoperos bajitos, Hoy no es la pecosa, ni la que quiere hacer un club en su contra.
La mano me pesa por tus siete veces siete. Por el tiempo que llevamos sin vernos; que hace que se nos olvide lo bueno. La tumba de Napoleón se ve ligera. Creo que la distancia es lo que mas nos conviene, me podría morir mañana, para que volver a la costumbre.
A veces ni siquiera me acuerdo de ti. Como, cuando le va ganando Djokovic a Nadal en la semifinal del sábado, o cuando ceno canelones de trufa y pato. Puede ser que sea el hijo que nunca quisiste, pero tu eres el mejor papá del mundo.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Tres y faltan treintaicuatro.


Camino a orillas del río, con los pasos del domingo. Lentos, metiches.
En la bolsa del saco, me encuentro una cajetilla de cigarros. Prendo uno para quitarme el frío, pero me mareo, y mis pasos se vuelven mas lentos. Menos metiches.

En la cola del carrousel hay dos darketas a las que les urge su turno. Yo, mientras espero el monito verde del semáforo. Trato de tomar tu mano, y es hasta que volteo que me doy cuenta que tu no vienes. Que sigo mareado.
Llego a tu primer recuerdo pero ya esta borrado. El río es largo. En el segundo puente, sin pensarlo, trato de tomar tu mano. Es hasta que volteo y recuerdo que ya me paso en el puente pasado.
Las personas comen tortas con vino, toman fotos de lo botes, de las N napoleónicas en las columnas. Hay dos o tres, que pasan corriendo a lo que no se les nota el frío. Yo voy con los pasos del domingo. Helados, sin destino.

Prendo otro cigarro, ya no por el clima. Esas mareadas me fascinan. En el tercer puente me vuelve a tocar el alto. Para no perder costumbre vuelvo a caer en tratar de tomar tu mano. Tres y faltan treintaicuatro.

Prefiero no seguir por el río. Llego de casualidad al Panteón, tumba de todos los franceses importantes, no importa que sean grandes o chiquitos. Ya entrados en gastos quiero sobar la tumba de Dumas, de Víctor Hugo, para que se me pegue algo aunque este podrido.

Salgo de ahí encomendado a santa Genoveva, que si pudo con Atila, el huno, puede con el que sea. Regreso al río. En el primer puente que paso de vuelta, trato de tomar tu mano, desesperado me subo al metro para no buscarte donde nunca has estado.

Genoveva salio buena para las guerras no para los solitarios.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Pitbull en Concert


Me has dicho muchos no últimamente, corrijo, sólo me has dicho no últimamente. Ayer fui a ver a Pitbull con la pecosa, el I know you want me es mas chaparro de lo que se ve en la tele. La pecosa es mas alta de lo que parece, nunca la había visto en tacones. Baila súper raro, corrijo, baila horrible, al principio le eche la culpa a que nunca la ha visto tan alta, Nada!
Al lado de ella con unos tacones igual de altos y con un mojito en la mano, una niña con un vestido negro con pendejuelas, que hacían la cara de una modelo, y jeans bailaba bachata mejor que Juan Luis Guerra.
Fiesta, se entiende igual en todos los idiomas. A la niña de negro, corrijo, a la niña impresionante de negro con pendejuelas, que hacían la cara de una modelo, un senegales le decía que sólo un morenote como él, podía con ese cuerpo de miedo.

Del otro lado de la pista, la pecosa tomaba vodka con popote. Sus pasos de baile eran como cuando le quemaron las patas a Cuauhtemoc.
Junto una mexicana, corrijo, una mexicana con un chingo de huevos, entre gritos, risas y un chupe naranja, les señalaba a sus amigas a un hombrecito de chaleco blanco y pelitos parados, que en cosas de minutos, corrijo, en cosas de segundos ya se estaba recetando a besos.

El Barrio Latino, es un antro cuadrado, tiene un elevador y cuatro pisos. El Barrio Latino es un antro cuadrado tanto que a las tres de la mañana la pecosa y yo ya hacíamos planes para el martes.

Llegue a mi cama sin sueño. Cerré los ojos, corrijo, apreté los ojos como niño chiquito y pensé en tu ángulo perfecto.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Ángulo perfecto.

Mis manos encontraron la distancia entre tus piernas, mis dedos conocieron tus besos, y tus besos me llevaron a la simetría de tu piel. La misma distancia de tus ojos a mis ojos, de tu nariz a mi nariz. De tu amor a mi amor. Tu no dices nada subiendo la mirada, y mis manos encuentran tus piernas otra vez. Tu cintura tiene un camino, corrijo, muchos caminos. Mis manos suben queriéndote comer. Encuentro una curva de amor cansado y justo en la cima, tu subes las cejas otra vez.
Tu no dices nada, son tus costillas las que no se callan, hasta que respiras, y con el aire te empiezo a recorrer. Me cuelgo con el pulgar de tu hombro, marcando mis huellas, en la sombra de tus pechos. Mientras huelo tu pelo hasta que respiras, y el aire otra vez.

Los besos me esperan en tu cuello. Tu no subes la mirada, pero arqueas la espalda, mi mano izquierda exploradora toca el principio del ser, se queda atrapada en tus vértebras y cuando se escapa las fronteras de ti no la dejan volver.

Hay un ángulo perfecto justo abajo del ombligo, hace el vértice de quererte, de pensarte, de tenerte.

Mis dedos conocieron tus besos . A la mañana siguiente, todo fue un boceto.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Qué tal dormiste?


Una noche sin dormir, una vida sin nada que hacer. Cus cus que hace que todo se te olvide. Pasas de uva verde que hacen que recuerde que la pecosa te pone de cabeza. Un lugar marroquí. Percimos, uvas y clementinas de postre. una bandeja de plata con agua y hojas de menta.

El pelo mojado por todo Campos Eliseos, engentarte por caminar con miles por la misma banqueta. que de esos miles seas el de las peores ojeras, una noche sin dormir, preguntas tontas en Frances, respuestas necias del Tío Google. Una vida sin nada que hacer.
Una dedicatoria a lápiz, un autógrafo forzado en un restaurante que no se si siga.

Besos del lado izquierdo, que hacen que me recuerdan que la pecosa te tiene de cabeza.
Caminar por la orilla del río a las tres de la mañana buscando una especie de hot dog francesa.
Una vida sin nada que hacer, en la que eres mi única constante.
Un muy mal Frances, una novela a medias. Comer. Comer. Comer. Postear. Postear. Postear. Tu. Tu. Tu.
la bandera enorme del arco del triunfo.
que me haya pasado a varios por el arco del triunfo.
Relojes que no paran ni aunque quiera.
Una noche sin dormir, que piense en ti con todas mis fuerzas.
Una vida sin nada que hacer, sushero, timesherero , blogger. Todo a medias.

Qué tal dormiste ?

martes, 10 de noviembre de 2009

Tarta, guera y pecas.


No me da tanta pinche peca para darte vacaciones. La inglesa tiene una caída de pelo perfecto. Unas pompas lindísimas de cerca y de lejos. Tiene pecas hasta atrás de las orejas que no sirven de mediadoras con tu nombre, al que sigo mentándole la madre.
Entre peca y peca encuentro tu cuerpo. Imagino la sensación de tu mano, del sentido de tus brazos que arriba de los míos no se quejan mientras mis dedos van entrando en tu cintura.

Luego pienso si yo hiciera.
¡Si yo nada! Trato de encontrar el gusto a tanta pinche peca. No pido mucho, aunque mataría por unos besos en la madrugada. Aunque luego vuelvo a pensar y cuando estoy pensando en pedir un poco más, un acento británico, pregunta: what do you mean with...? yo regreso la mirada a la tarta de chocolate blanco con frambuesas.

Todo en exceso es malo, hasta tanta peca en las que te reflejas.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Un cuento sin huesos


Algo me quedó claro, dos mil veces para pensarte son muchas. Tantas que recordé chicles rojos, Bubli Bubli, para pagar en Starbucks, que Mónica Naranjo escribió Mal Herido, de Magneto.
Que tu nombre no es un accidente.
No es externo a nada. Quiero escribir de la sopa de coco con langostinos del domingo. Del pinche frío parisino, pero tu nombre no es un accidente, ni tus ojos, ni el sonido de todas tus sonrisas.

Quiero escribir de lo mal que me siento, de que a mi edad he tenido dudas, preguntas, todo tipo de resbalones. Pero escribo tu nombre, que no es un accidente. En medio del día o en medio de la noche. Después de las dos mil veces que te pienso, que ya quedamos son muchas, escribo tu nombre. Me desespero porque quiero que me lea un público que no tengo. Yo no dejo de typear y borro y mezclo tu nombre con el esqueleto de un cuento que no tiene huesos.

Otra. Otra. Otra. Otra. Otra y otra vez: tu nombre, ya sin mayúsculas, sin ganas de decirlo, me peleo con las letras de tu nombre, que con tu voz, se burla mientras yo le mento la madre.

Tu nombre que es real y grosero.
Tu nombre que no es un accidente.
Tu nombre. Una línea negra en medio de un cuento sin huesos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Dos mil veces, mas o menos.



Puedo pensar en ti dos mil veces al día, y dos mil veces me daría cuenta que no estas aquí, pero de eso vivo: de imaginar. De pensar y repensar. Hoy me dolió la cabeza y casi siempre esas dos mil veces están mientras espero. Mi mama decía que a los niños no les puede doler nada y que los grandes nunca se aburren.

Me estas convirtiendo en un adulto.

Que cuando se calla te piensa hasta dos mil veces. Las primeras son memorias inventadas de cuando pides que me quede.
Las que siguen, son de tu boca, a la que ya le puse color y peso. Luego pienso en lo que todos pensamos y prefiero aburrirme que pensarlo. Te pienso en los balcones, en las paradas de la línea verde del metro.
Al final te pienso en el sexo y cuando se me olvida o me pongo colorado. Así, sin más ni más, te pienso dos mil veces. A veces mas. A veces menos.

Quiero que el mundo se entere. Pienso que te pienso, y ahí mi dolor de cabeza toma fuerza, escala entre tus labios y tu lengua, y entre tantas ideas que se convirtieron en escalones para unas punzadas que llevan ritmo de una música que conozco y me aburre, es un dolor sin chiste, predecible como las dos mil veces que tanto te pienso.
Te pienso dos mil veces, más o menos, es lo mismo.

Pienso en ti con todas mis fuerzas.
Te pienso. Te re pienso. Te vivo. Te revivo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Una minuscula parte del blog.

Tus labios
son lineas artificiales de luz
donde no brilla nada.
Donde no encuentro mi nombre
y ninguna de mis palabras.

Tus labios son el espacio,
entre espacio y espacio.
Tus labios, portada de libro.
indice de besos marcados.


Son el color de tu todo.
Tus labios,
color bronce tallado.
Tu eres toda tus labios.