viernes, 2 de enero de 2009

Aguilas o Soles

Entre un vestido morado y zapatos plateados de tacón me di cuenta que estaba solo. Entre un brassier negro y rimel en mi camisa, enero me gusto pa’ que te quedaras.
Aunque esto no es de gustos, ni de propósitos, ni de meses, ni doce uvas.

El Chicle Bomba sigue estando en la calle de Filomeno Mata, pero las cajas de cervezas ya no están apiladas en los muros, las tuberías del baño funcionan perfectas, y los “Cual Crisis” ya no estrenan ahí sus vídeos. Ahora tienen un menú lleno de hamburguesas, vasos de vidrio que acomodan en una barra de acero, y unas ventanas que miden el triple que lo que algún día midió la puerta para entrar.

El Chicle Bomba evolucionó.
Ahora el chiste es tomar cubas en los vasos de vidrio que acomodan en una barra de acero, en lugar de chelas en vasos pequeños de plástico; mientras escuchas a grupos indie que están en los primeros lugares de las estaciones de radio pop.

La fiesta de año nuevo en casa de mi tía Fernanda había terminado después de la una. No éramos muchos y la mayoría eran amigas viudas, o en el proceso, de la hermana mas grande de mi abuelo Juan.
La tía Lunetas, que sólo come m&m’s rojas vive en Marconi, y después del noveno plato de puré de camote, me estaban cateando en la entrada del Chicle.

Ahora el chiste es tomar cubas en los vasos de vidrio que acomodan en una barra de acero, y pagar un cover de año nuevo. Todos los meseros son nuevos, y las chicas del bar respondieron al anuncio en el que el periódico solicitaba cantineras de amplio criterio.

Me senté en una mesa, pegada a las ventanas para poder jugar volados con los vagabundos de Filomeno Mata. Arriba de cada una de las bocinas un letrero recordando que cualquier persona que consuma o venda cualquier tipo de droga seria consignada a las autoridades.
Sobre advertencia no hay engaño, y con tantas advertencias y la cantidad impresionante de guaruras que estaban afuera preferí seguir perdiendo cubas en los volados.

“Empezar el año midiendo tu suerte con águilas y soles, es peor que hacerle caso al horóscopo diario de Amira” dijiste con el vestido morado y los zapatos plateados de tacón, cerrando la ventana mientras el vagabundo Celso te pintaba un dedo.

“Tengo un frió tremendo y tu estas pidiendo cubas a lo pendejo” Me regañaste subiéndote la tira del brasier negro y quitándome la mancha de rimel que la tía Lunetas dejó en mi camisa por tantos abrazos en las campanadas.

Enero me gusto pa’ que te quedaras, pero como esto no es de gustos, ni de propósitos, ni de meses, ni doce uvas. Tu dijiste Feliz año nuevo, y regresaste a la pista del Chicle Bomba a bailar canciones indie que están en los primeros lugares de las estaciones de radio pop.

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