jueves, 26 de febrero de 2009

dos meses

Puede ser que en dos meses no pase mucho, que Tila Tequila se “enamore” de un hombre, después de una mujer, luego de la hermana del hombre y hasta el último del perro de la hermana de la prima de la mujer que eliminó en la primera semana de que su programa salio al aire. Que el perro la deje, y los productores hagan una segunda temporada de un reality que lo único que tiene de amor es el nombre y unas letras enormes en los comerciales. Pero luego el perro va a querer fama y fortuna, entonces en otro canal, puede ser que esta vez sea el Animal Planet y no VH1, el perro tenga la tremenda oportunidad de conocer a veinte de las mascotas mas candentes del momento para poder enamorarse y así tener con quien vivir feliz y enamorado para siempre. Todavía no lo entendemos, aunque sabemos perfecto que la mascota ganadora (una pomerania con creppe, collar rosa, y nombre de dinosaurio gigante japonés) sólo lo hace como trampolín para su decadente carrera artística y en dos meses en los que no pase mucho, nadie se acuerde de la hermana de la prima de la mujer que inicio esta reacción en cadena de estrellas fugaces de la televisión por sky o cable.

Mis dos meses han sido bien diferentes, yo no me muevo en la sociedad de los reality shows y no conozco a nadie que conozca a alguien que haya salido con alguno de los concursantes. Yo no tengo miércoles de nominados ni domingo de expulsión.
Tengo viernes de blog, miércoles de clases y semanas enteras pensando y rogando en un mail de Marion que apenas llego, no se si en lunes o en martes.

Es una prueba no superada, pase lo que pase, como en el Juego de la Oca cuando te tocaba caer en la casilla del peluquero. Todos acaban rapados después de dos preguntas muy fáciles.

Puede ser que en dos meses no pase mucho, que yo me la siga pasando a toda madre en Cancún, que en esas sesenta noches vea varias estrellas de los reality amorosos y que siga pensando en contestar o no contestar tu mail que, si y no, estuve esperando.

jueves, 19 de febrero de 2009

Pendiente amoroso no liberado

Mis historias deberían de ser diferentes, tomar piñas coladas con Shakespeare alrededor de una alberca pensando en el calor que debe de tener William, por el cuello redondo lleno de olanes que le sale por debajo de la camisa. Jugar tenis con Hugo Chávez en una plataforma petrolera, celebrando el cincuenta y dos por ciento de venezolanos, que se supone, si lo quieren. De perdida un video porno con Paris Hilton, o cualquiera de esas, con la piña colada, y la boina roja del ejercito bolivariano, pero mis pendientes amorosos no me dejan.

Son excusas artificiales llevadas al tope por estar cerca de San Valentín, corrijo, son excusas diarias de cualquier momento, de cualquier santo, San Máximo, Santa Águeda no importa el nombre, ni la fecha:

Te EXTRAÑO.

Ha de ser normal mas por la manera que te fuiste, mas porque el vuelo de Air France salió a tiempo, rayando el minutero. Mas porque supe aprovechar ese minutero lleno de vueltas contigo, haciendo de tu vida y la mía, nuestro tiempo.

Me tienes con pendiente y no sé tocar el violín o el chelo. No tengo un pálido busto de Palas, ni un picaporte para que un cuervo del demonio entre en las noches a una biblioteca que tampoco tengo.

Empiezo a escribir una alberca en forma de circulo con mosaicos de colores, en la parte del chapoteadero, esta Shakespeare con un traje de baño rojo con palmeras blancas que le combinan con el cuello de olanes que no se quita para nada. Con una mano detiene el vaso de unicel donde el pool bar man le sirvió la piña colada con todo y cereza empalillada. Con la otra se juega el chino que le queda justo atrás de la oreja, se esta quedando calvo pero el poco pelo que le queda no se le ha cortado en años. Afuera en donde están los camastros, las toallas blancas con rayas azules y los niños con pistolas de agua mojando a todos los que se están asoleando estas tú, con un bikini también rojo y tengo que borrar todo y escribir:

Te EXTRAÑO.

Empiezo de nuevo la hoja en blanco, Kim Kardashian trae la boina bolivariana puesta, todo es un sex tape, todo tiembla como salido del lente de una handycam. Sólo le veo la cara pero la vista va bajando empiezo por los ojos, y subo un milímetro para ver las pestañas, paso por la boca, y cuando llego al cuello, a ese hoyito antes del pecho te apareces como llega la cuenta del teléfono y todo de nuevo se acaba.

viernes, 13 de febrero de 2009

Prime Time

El rebote del Sol en el mar se ve plateado, las olas se mueven en líneas para los lados, una y una, todas para la derecha. Todas para la izquierda, parejas una delante de otra, hasta que rompen en la orilla y revuelven la arena.

El buque de guerra que se ve al fondo, ya lleva una semana, desde que me regresó a la boca el sabor a banqueta. Las más de cuatro mil canciones del i-pod rompen el ritmo del agua, las más de cuatro mil canciones suenan a tu nombre. Que tino, que todas se parezcan, pero no es eso. Me programé la cabeza con tu idea, con lo perfecto de tu cuerpo, con lo imperfecto de tu cuerpo, como NatGeo y su semana del tiburón sin comerciales, toda una semana. Aquí es una permanencia involuntaria, es meterte a huevo el dedo en la yaga.

A veces te cambio de canal y me enojo por la expulsión de Márquez, y el extraño que le hizo el balón a Osvaldo Sánchez. Pero sólo a veces, a media semana y en eliminatorias mundialistas.

A veces me apago la tele, con la onceava cuba, con los pezones azules de la cuarentona del gimnasio, que mientras esta en la caminadora de lado, lee libros de autoayuda.

Tú te sigues repitiendo, como la semana del tiburón, un programa de Friends, en donde Joey todavía no es famoso, o un capitulo viejo en Tv Azteca de los Simpsons, pero en horarios variados y canales distintos.

viernes, 6 de febrero de 2009

Viernes en la tarde.

Hoy solo tengo ganas de repetir y repetir y repetir, tu ida al aeropuerto, de quejarme como un espectador y no de darme topes como pendejo cada que despierto.

Hoy tengo ganas de escribir doce mil veces tu nombre, de hablar mil vidas sin dejar de vernos, y extrañarte desde el principio. Hoy no quiero cubas, ni siquiera de ron Mulata. Hoy eres tú lo único que seguro no tengo.
Quiero regresarme en el metro como esa tarde, quiero que la boca me sepa a banqueta por guardarme “el porfavor no te vayas.”
Quiero no saber donde poner las manos y verlas sin cerrar los ojos hasta que las lagrimas se sequen.
Hoy no quiero nada, y estoy muerto de sueño. No el que te da por cansancio, el que te da de angustia, del que hace mucho tiempo no me daba. Hoy tengo de tu sueño.

No quiero bocetearte, quiero sólo escribir doce mil veces tu nombre y después mentarle la madre al Diablo.
Hoy quiero como quieras. Mejor si quiero las cubas de ron Mulata, que a diferencia tuya, en la alacena me están esperando.